Milagros

Milagros [editar]Con el ánimo de favorecer algunas poblaciones del Reino de Valencia, decidió el santo pasar por ellas y ayudar a los naturales, así vemos:

El día 26 de Agosto de 1410 se dirigió a Líria, ya que sus vecinos estaban sumamente afligidos por habérseles secado su caudalosa fuente, que era toda su fuente de riqueza. Compadecido el Santo, celebró misa en el lugar donde solía manar el agua y bendiciéndolo, volvió a salir agua en abundancia, prometiendo el santo que jamás faltaría allí el agua, como así sigue siendo en la actualidad. En dicho lugar, conocido como San Vicente de Líria, se levantó una ermita en honor al Santo y se habilitó posteriormente como zona de recreo.
En Villar del Arzobispo, vemos un milagro similar, pues se estaba pasando una sequía y el pueblo le pidió al Santo, que estaba predicando allí, que les llevara agua, San Vicente preguntó si querían rio o fuente, a lo cual contestaron fuente y entonces, mano una fuente. Cerca de ésta se construyó una ermita en su honor durante los siglos XV al XVII, de estilo gótico tardío con posteriorres añadidos.
Milagro del pañuelo (Milacre del mocadoret): En 1385 predicando el santo en Valencia, en la Plaza del Mercado, se detuvo y muy conmovido dijo a los oyentes: "Hermanos, ahora mismo estoy viendo que unos hermanos nuestros piden un socorro inmediato, que si no se les da morirán". Le preguntaron dónde estaban esas personas. El santo contestó: "Seguid a mi pañuelo, y donde él entre, entrad. Y lanzó al aire su pañuelo, el cual entró por la ventana de una buhardilla. En ella, en efecto, se estaba muriendo de hambre una familia, que fue socorrida. Según la tradición la casa estaba ubicada en la actual plaza del "Milacre del Mocadoret nº 5 (junto a la plaza de la Reina), donde hay una placa que lo recuerda.
Milagro del tendero (Milacre del salser) En 1359, el comerciante en especies Miguel Garrigues, que vivía en la misma calle que los Ferrer, tenía un hijo que sufría unas úlceras malignas en el cuello y de las que le curó el también niño Vicente. En la fachada del nº 37 de la actual calle del Mar, muy cerca del lugar en el que según la tradición ocurrió este hecho, hay un retablo en cerámica valenciana que lo recuerda. Este hecho es uno de los orígenes de la devoción popular valenciana de las representaciones de diversos milagros (milacres) suyos en los Altares de las calles el día de su fiesta.

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