Ultimos años de vida

Últimos años de su vida [editar]Le pidieron que asistiera al Concilio de Constanza, pero él optó por seguir con su trabajo y continuó predicando por Francia, evitando las zonas en guerra.

Recorrió el Mediodía francés, la Auvernia, pasando luego a la Bretaña, donde transcurrirán los últimos meses de su vida. Encontrándose gravemente enfermo, decidió partir hacia Valecia. Sufrió una terrible tempestad al salir del puerto de Vannes lo que él interpretó como una señal de Dios para que volviera a Vannes a pasar el resto de sus días. Falleció en Vannes el 5 de abril de 1419. Su sepulcro se halla en la catedral de dicha ciudad.


Canonización [editar]En 1431, el Papa Eugenio IV ordenó estudiar el asunto de su canonización, pero ahora se interpuso el nuevo cisma de Amadeo de Saboya.

Nicolás V aconsejó a los frailes celebrar el Capítulo general de 1453 en Nantes y preparar el proceso. Y encargó que tres cardenales que investigasen la vida y los milagros del predicador; entre ellos estaba Alfonso de Borja, el futuro Calixto III, el primer Papa valenciano de dicha familia. Mantuvieron entrevistas con obispos, abades, frailes y gente común en Nápoles, Avignon, Toulouse y en la región de Nantes, interrogando a 28, 18, 48 y 310 testigos respectivamente.

Ya fue Calixto III, quien recibió las actas de estas investigaciones.

Calixto III solía "decir a los cardenales y al Maestro de toda la Orden fr. Marcial que siempre había tenido por cierto su pontificado desde que San Vicente se lo prometió". Se han realizado fundamentales aportaciones documentales, que nos muestran que ello no es fruto de los biógrafos, sino convencimiento del propio Calixto III que lo afirmó en numerosas ocasiones y recogieron autores muy cercanos a los hechos.

El día 29 de Junio de 1455 tras votarlo en el consejo de cardenales, Calixto III anunció la canonización de Vicente Ferrer.


Mensaje a los valencianos [editar]San Vicente Ferrer dio un mensaje para que lo llevaran a todos los valencianos, que podemos considerar como su testamento. El mensaje dice así:

"¡Pobre patria mía! No puedo tener el placer de que mis huesos descansen en su regazo; pero decid a aquellos ciudadanos que muero dedicándoles mis recuerdos, prometiéndoles una constante asistencia. y que mis continuas oraciones allí en el cielo serán para ellos, a los que nunca olvidaré".

"En todas sus tribulaciones, en todas sus desgracias, en todos sus pesares, yo les consolaré, yo intercederé por ellos. Que conserven y practiquen las enseñanzas que les di, que guarden siempre incólume la fe que les prediqué, y que no desmientan nunca la religiosidad de que siempre han dado pruebas".

"Aunque no viva en este mundo, yo siempre seré hijo de Valencia. Que vivan tranquilos, que mi protección no les faltará jamás. Decid a mis queridos hermanos que muero bendiciéndoles y dedicándoles mi último suspiro".





Vicente milagrero y con el Don de lenguas [editar]860 prodigios o milagros constan en Proceso de su Canonización como obrados por el Predicador Dominico en vida y después de morir, que comprobaron los Jueces del Proceso.

San Vicente Ferrer, "predicando siempre en su lengua Valenciana", le entendían los castellanos, los franceses, los vascos, los italianos del Piamonte y Lombardía ...

Muchos testigos declararon en el Proceso que, hablando Vicente Ferrer en Valenciano, ellos le entendían perfectamente en su lengua nativa luego hay que admitir que, a San Vicente Ferrer, se le concedió el "don de lenguas".

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